En la Conferencia de Chicago en
1944, Estados Unidos de América procuró implantar sin éxito, un acuerdo
multilateral sobre la base de un régimen de explotación de servicios aéreos con
libre juego de las fuerzas del mercado de los derechos de tráfico, de la
capacidad, dejando el tema de tarifas reservado a la Asociación Internacional
de Transporte Aéreo-IATA.
La “liberalización de los
servicios de transporte aéreo internacional”, iniciada en la década de los 70
con la extrapolación de la política de desregulación implantada originariamente
en el orden interno estadounidense, la que fue ganando terreno hacia otros
Estados e introducido en Europa por los americanos en la década del 80, cuando
los Estados Unidos minaron a los europeos con acuerdos en los países más
pequeños. De apoco esos acuerdos bilaterales fueron contaminando toda Europa,
al punto que el bloque se rindiese a las
teorías ventajosas de las " facilidades" acordadas en un acuerdo
magno conocido como Acuerdo Trasatlántico firmado en marzo de 2007 entre la
Comisión Europea y los Estados Unidos de América.
La política de liberalización de
los servicios de transporte aéreo internacional (Cielos Abiertos), consiste en
acuerdos de transporte aéreo entre dos o
más países que permiten el intercambio de
derecho a tráfico y privilegios operacionales, incluyendo: Libertades aéreas y
Acuerdos bilaterales, Fusión de Marcas, Intercambio de Aeronaves, Libertades de
Licencias, Libertades de Matrículas de Banderas de Conveniencia, Libertades de
Empresas de Capitales Extranjeros, etc.
Los primeros resultados de la aplicación
de esta política de liberización, ya han tenido las respuestas más variadas,
con beneficios para algunos y perjuicios para otros y son parte de un gran
debate que llevan adelante los 185 Estados miembros de la Organización de Aviación
Civil Internacional (OACI). El resultado final está por verse, por ahora
responde a los intereses que quieren imponer los poderosos de esta industria.
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